La madera cambia de color con el paso del tiempo debido al proceso de oxidación, que es común en este material por ser orgánico y por estar expuesto a los diferentes cambios de temperaturas, el aire o la luz natural.
Según el tipo de madera del que se trate, el tiempo en el que se produce el cambio de color puede variar según su resistencia. Por lo general, las especies naturales como el cerezo, el arce, el roble o el fresno tienden menos a cambiar su color. Cuando lo hacen, el resultado es un material más oscuro y con resaltados en ámbar.
Por otro lado, las maderas sintéticas o tóxicas se oscurecen mucho más rápido. Claros ejemplos de este tipo son el doussié o el iroko. Sin embargo, otras especies como la Teka tienden a aclarar sus zonas más opacas y, con el paso del tiempo, esta oscuridad se extiende por toda la superficie.
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Cómo conseguir que la madera mantenga su color inicial el mayor tiempo posible
La oxidación de los suelos de madera se debe a que han sido tratados con diferentes productos químicos para su conservación y mantenimiento. Por tanto, estas capas superficiales empiezan a deteriorar el material natural con el paso del tiempo.
Por otro lado, la madera en sí también aclara su color de una forma totalmente natural con los años. Lo cual se trata de un simple fenómeno medioambiental que permite que la madera luzca con una esencia única a lo largo su ciclo vital.
Para evitar que estos contrastes de tonalidades aparezcan antes de lo previsto, lee estos tips básicos para que tu suelo de madera mantenga su color inicial por el mayor tiempo posible.
Coloca alfombras
Una de las principales ventajas de colocar alfombras es que protegen el suelo, evitan que le caiga cualquier tipo de líquido, que la luz deteriore su tonalidad o que se desgasten por los rasguños o las pisadas.
Además, aportan mucha originalidad y armonía y son perfectas para darle un toque único y distintivo a las diferentes habitaciones de tu hogar.
También ofrecen un extra de confort y son el mayor aliado de los niños para jugar de manera segura sobre el suelo.
En invierno de transmitirán la sensación acogedora que tanto gusta tener en casa y además, emitirán calor. En verano puedes retirarlas y colocar otras más finas, suaves y de colores vivos.
Incorpora cortinas
Otro textil que favorece a que la madera no pierda su tono natural son las cortinas. Éstas evitarán que el suelo quede expuesto de manera abusiva a los rayos del sol.
Si no quieres optar por las cortinas clásicas, en el mercado actual existen miles de diseños y formatos muy vanguardistas. Incluso puedes colocar paneles UV transparentes en las ventanas o cristaleras que tienen un efecto más potente que la tela y son totalmente invisibles.
Utiliza productos naturales
No es la primera vez que hablamos de este tema, pero nos gusta recalcar que no hay nada más seguro que optar por tratamientos 100% naturales. Al fin y al cabo, la madera también es un material natural.
Lo mejor para cuidar el suelo es tratarlo con productos orgánicos como el aceite de lavanda para nutrirlo; el limón para eliminar bacterias; el vinagre para limpiarlo y las nueces pecanas para tratar los rasguños, abolladuras o rajas.
Opta por las capas protectoras
Para proteger los suelos vírgenes y naturales, una de las mejores recomendaciones de evitar que el suelo se desgaste y pierda su color de manera prematura es colocar una capa de protección.
La mejor opción sol los barnices naturales ya que además de protegerlo, no lo dañan ni maltratan como otro tipo de protecciones que contienen sustancias químicas.
Reorganiza tus muebles
De manera periódica, ve jugando con la decoración y la disposición de los muebles de tu casa (eso sí, teniendo mucho cuidado de no arrastrarlos porque pueden arañar el suelo).
Así conseguirás que todas las partes de la superficie queden expuestas de manera homogénea a los riesgos y rayos ultravioletas. Evitarás el daño continuo en sólo ciertas partes del suelo y ayudarás a que la capa más superficial mantenga un tono uniforme por todos lados.
Puedes reorganizar tus muebles por estacionalidad, por meses o si te gusta mucho jugar con la decoración, ¡puedes cambiarlos de sitio tantas veces como quieras!
¿Algunas maderas cambian de color más que otras?
Sí. Dependiendo del tipo de madera las tonalidades varían de color. Y también la rapidez con la que lo hacen. Por ejemplo, las maderas claras como el abedul o el arce cambian de color más rápido que otras maderas oscuras como la caoba o el nogal.
Este hecho ocurre porque las maderas de tonalidades claras tienen más riesgo de transparencia que las maderas que son más opacas. Es decir, las vetas de la madera clara son más visibles y reaccionan antes a los rayos UV o al clima, entre otros factores.
Por el contrario, las maderas oscuras no tienen tanto grado de transparencia por lo tanto aguantan más a los factores externos, ya sean meteorológicos, de deterioro o por los rayos del Sol.
Cómo cambia la madera de color según su tipo
Según el tipo de madera del que se trate, las tonalidades de color pueden variar de la siguiente forma:
Haya: Es una madera que tiende a cambiar de color de forma gradual con el paso del tiempo. La tonalidad que adquiere es anaranjada o ámbar.
Arce Europeo: También es un material duro y su desgaste tiende ser hacia tonos dorados, la belleza de su deterioro natural es digno de admirar.
Cerezo: Sus colores cambian más rápido, de una manera drástica. La tonalidad final tiende a ser más oscura y rojiza, como las cerezas.
Roble: El cambio de color de sus vetas tienden a un tono ámbar oscuro.
Nogal: Por las propiedades de esta madera, su tonalidad tostada se esclarece con el tiempo.
Jotoba: Tiende a desgastarse con tonos más opacos tirando a rojizos. ¡Su deterioro natural es muy exótico y original!
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