Cada vez son más las personas que se decantan por la tarima flotante para dar el estilo que quieren a sus hogares. Un tipo de suelo que no solamente es atemporal, sino que además aporta calidez, sensación de confort y que combina bien con cualquier estilo.
Eso sí, para que luzca como el primer día y el paso del tiempo no lo vaya deteriorando, es fundamental aprender a limpiarlo y qué productos deben usarse. Por eso, hoy te traemos algunos consejos para limpiar tu suelo de tarima flotante y que se mantenga siempre en buen estado.
¿Cómo limpiar la tarima flotante?
Para que nuestra tarima flotante no se deteriore, es importante evitar cualquier producto de limpieza que sea corrosivo, como lejía o amoniaco, y usar productos específicos. De lo contrario, lo único que conseguirás es estropear la madera y quitarle el brillo. Y tampoco debes usar cera o pulir la tarima, ya que, al estar hecha de materiales sintéticos, no responde adecuadamente a este tipo de tratamientos. Lo único que conseguirás es que quede pegajosa y resbaladiza.
Lo primero que debes hacer es barrer con un cepillo normal. Si el suelo está muy sucio, es recomendable usar una aspiradora, ya que es mucho más efectivo, se recoge más cantidad de suciedad y se levanta menos polvo. Cuando esté limpio de polvo y pelusas, puedes dar una pasada con la mopa para ayudar a que la madera recupere su brillo. Este paso es fundamental, ya que si friegas sin barrer, lo único que conseguirás es repartir toda la suciedad por la tarima.
Para fregar, mezcla agua con un chorrito de producto limpiador para madera y escurre muy bien la fregona antes de pasarla por el suelo para que no quede una capa de agua sobre el suelo. No olvides que la tarima es madera y que el exceso de agua es veneno para este material. Además, intenta deslizarla siempre en una única dirección. Si empiezas a mover la fregona de un lado a otro sin sentido, lo más probable es que queden marcas en el suelo.
Evita también echar producto en exceso, ya que se terminará quedando en el cubo. Y recuerda cambiar la fregona cuando empiece a deteriorarse para que siga limpiando con eficacia.
No obstante, también puedes usar productos naturales como el vinagre, uno de los mejores aliados para limpiar cualquier tipo de superficie sin estropearla. Sólo tienes que mezclar agua caliente con un chorrito de vinagre en un cubo. En el caso de que el suelo esté muy manchado, también puedes añadir un poco de detergente de lavavajillas o frotar con un paño húmedo.
Aunque se puede barrer todos los días, no es recomendable fregar a diario. Con una o dos veces por semana es suficiente. Obviamente, si sois muchos en casa y se mancha bastante, con la mopa no será suficiente. En estos casos, es recomendable pasar un trapo húmedo por las manchas, pero no lo friegues de más.
Consejos para cuidar la tarima flotante
Obviamente, saber limpiar bien la tarima flotante es clave para que dure el mayor tiempo posible, poner en práctica los siguientes consejos también te ayudará a conseguirlo:
- Coloca alfombras en invierno en aquellas zonas en las que haya más tránsito para protegerlo.
- Quita las manchas en el momento. Puede que te resulte fastidioso, pero cuanto más tardes en quitar las manchas de la tarima flotante, más se estropeará. Por eso, si traes barro de la calle o derramas líquido sobre ella, lo mejor es que lo limpies en el acto. La suciedad desgasta la madera, pero el líquido puede filtrarse y hacer que las lamas se hinchen.
- Puede que no lo parezca, pero las cortinas y las persianas juegan un importante papel en el cuidado de la tarima flotante, protegiéndola de la incidencia de los rayos del sol, que a largo plazo pueden resultar muy dañinos para la madera, haciendo que tome un aspecto envejecido y desgastado.
- Intenta usar zapatillas de estar por casa en lugar de zapatos, sobre todo si son de tacón. Y no sólo por la suciedad que pueden traer de la calle, sino también porque prevendrás posibles daños.
- Para que el suelo no sufra en exceso, sobre todo en casas donde hay niños y mascotas, es recomendable colocar protectores en las patas de las sillas y las mesas. De esta manera, cuando se muevan, evitarás que se produzcan rayones.
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