En los últimos años, los suelos de madera se han convertido en una de las opciones más populares en las viviendas modernas. Y es que, además de ser muy elegantes, son muy versátiles, encajando perfectamente con cualquier tipo de decoración, eligiéndose incluso para zonas en las que este tipo de suelos han estado vetados tradicionalmente, como los baños o las cocinas.
Por eso, si te estás planteando hacer una reforma en tu piso, seguramente te hayas planteado esta opción. Y es posible que te haya surgido la duda de si es mejor la madera natural, el parquet o la tarima.
En el mercado actual, podemos elegir entre una amplia variedad de opciones, por lo que es lógico sentirse agobiado o no saber por cuál decidirse. Por eso, en este artículo queremos explicarte cuáles son las principales diferencias entre el suelo de madera natural, la tarima y el parquet, de manera que pueda elegir la opción más adecuada para tu vivienda.
Suelo de madera natural
El principal valor de los suelos de madera naturales es la sensación de comodidad y confort que aportan, ya que nos conecta directamente con la naturaleza, siendo ecológico y respetuoso con el medio ambiente. Pero, además, son muy apreciados por su dureza, su flexibilidad, su gran capacidad de aislamiento eléctrico y térmico y por su elevada resistencia al desgaste y al paso del tiempo.
La madera que se emplea para este tipo de suelos proceden de distintas especies de árboles. Por ejemplo, para los interiores, las más habituales son la de roble, la de fresno y la de pino, que podemos encontrar en distintas tonalidades y con diversos patrones de vetas que encajan con cualquier estilo decorativo.
Pero también encontramos otras opciones para dar un toque único y original a nuestra vivienda. Por ejemplo, la madera de wengué, merbau, bambú o jatoba, de origen tropical. Perfectas para zonas de la casa con mucha humedad.
En cuanto al tipo de veta, aunque hay tarimas y parquets que intentan imitarla, no pueden compararse con la sensación de confort y elegancia que aporta la madera maciza. En función del tipo de madera, tendremos vetas más o menos marcadas.
Suelos de parquet
Este tipo de suelos se fabrica a partir de madera noble o maciza que se corta en capas de aproximadamente 1 cm de grosor. En la parte de abajo, se incluyen dos chapas de metal onduladas, a las que se adhieren las capas para que queden fijadas.
Sus principales valores son la luz y la calidez que aportan a la vivienda. Además, suelen tener un precio menor que el de los suelos de madera maciza y destacan por su gran resistencia con respecto a la madera natural, pues cuentan con una serie de capas núcleo que proporcionan estabilidad a las capas y absorben los golpes.
En el mercado actual podemos encontrar distintos tipos de parquet, como el parquet vinílico, el parquet laminado o el parquet industrial, con patrones muy distintos. El más clásico es el de tabilla, pero también los hay en espiga, de escaques, en mosaico cuadrados, de cesta de mimbre, de estrellas, de formas intercaladas, etc.
Suelos de tarimas
Los suelos de tarima están conformados por planchas de madera, distintas a las tablillas o listones de parquet, que normalmente son cuadrados o rectangulares. Cuentan con distintas capas de fibra de madera de alta densidad que se encolan entre ellas para proporcionarles dureza, dando lugar a una única plancha, a la que se añade una última capa de protección, normalmente transparente con distintos acabados.
Son muy resistentes, ya que las capas superficiales evitan los daños del suelo. Además, repelen el agua y la humedad, que es uno de los principales enemigos de los suelos de madera.
Son más baratos que los suelos de parquet y de madera natural, pero el acabado no es tan agradable visualmente y no suelen durar tanto. Eso sí, es realmente versátil y pueden imitar todo tipo de texturas y tonalidades. Incluso podemos encontrar algunos diseños estampados o con tiras cortas que forman diferentes patrones, como cestas, espigas, cubiertas de barco, etc. Además, los hay de una, dos o más lamas.
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